Ciencia De La Palabra Hablada

(Elizabeth Clare Prophet relata:) En 1961, asistí a una reunión en The Summit Lighthouse, en la que me encontré con su fundador, Mark Prophet, quien se convertiría en mi instructor y esposo. Mark recibía revelaciones inspiradas por Los Maestros Ascendidos. Los Maestros le dieron a Mark muchos decretos, que él después publicó. Cuando yo también comencé a recibir revelaciones de los maestros ascendidos, escribí decretos adicionales.

Los decretos forman parte de un sistema de oraciones dinámico llamado la ciencia de la Palabra hablada. Cuando usas la ciencia de la Palabra hablada, te asocias con Dios.

El Señor le dijo a Job: “Orarás a él (el Todopoderoso) y él te oirá (…). Determinarás así mismo una cosa (decretarás algo) y te será firme (se manifestará)”. E Isaías nos dice: “Así dice el Señor, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos” [Job. 22: 27, 28; Isaías 45:11]

El propósito del uso de la ciencia de la Palabra hablada, como verás, no es hacer que sucedan cosas buenas ―como conseguir que alguien me llevara a casa o un auto nuevo― sino ponerte en contacto con los Maestros Ascendidos, los Arcángeles y tu Ser Superior. Una vez que se ha producido este contacto, puedes atraer el poder de Dios para conseguir aquello que necesites para cumplir el plan de tu vida y ayudar a otros.

Pero lo más especial es que puedes usar la ciencia de la Palabra hablada para invocar la llama violeta con el fin de evitar los efectos negativos del karma que regresa, profetizado por las señales celestiales y los profetas antiguos y actuales.

El poder Creativo del sonido

Avances y estudios científicos recientes indican lo que los sabios conocían miles de años atrás: el sonido guarda la clave de los misterios del universo. El sonido puede crear y cambiar la materia. Y puede ocasionar cambios espirituales y materiales en nuestras vidas.

Sabemos que el sonido puede ser una fuerza dramática de destrucción. Una nota muy aguda puede destrozar una copa de cristal, un estampido supersónico puede agrietar una pared de yeso, un disparo puede provocar una avalancha. Pero el sonido también es una fuerza constructiva.

Actualmente los científicos están investigando los efectos del sonido en el cerebro. Cierto tipo de música clásica de compositores como Bach, Mozart y Beethoven, tiene una serie de efectos positivos, entre ellos el aumento del coeficiente de inteligencia y de la memoria, así como la aceleración en el aprendizaje.

Un grupo de monjes benedictinos descubrieron u beneficio inesperado del uso del sonido al hacer cantos gregorianos: al parecer sus cantos energetizaban sus cuerpos.

Durante cientos de años los monjes benedictinos habían mantenido un riguroso horario, solo dormían unas pocas horas cada noche y cantaban entre seis y ocho horas al día. Cuando un nuevo abad cambió el horario y redujo las horas de canto, los monjes estaban cansados y letárgicos. Cuanto más dormían más cansados parecían estar.

En 1967, se le pidió a Alfred Tomatis, un físico francés, psicólogo y especialista en el oído, que averiguara lo que les pasaba. Encontró que en realidad los monjes habían cantado para “recargarse”. Reintrodujo el canto junto con un programa de audiciones de sonidos estimulantes, y en poco tiempo los monjes recuperaron la energía para volver a su horario normal.

Los místicos hindúes y budistas creen que los mantras pueden liberar fuerzas que pueden crear o destruir. Los escritos hindúes nos dicen que los yoguis han usado los mantras, junto con visualizaciones, para encender fuegos, materializar objetos físicos (por ejemplo alimentos), hacer que llueva e incluso influir en el resultado de batallas.

No obstante, su principal objetivo no era producir cambios físicos. Creían que los mantras les daban protección y sabiduría, aumentaban su concentración y meditación, y les ayudaban a lograr la iluminación y la unidad con Dios. Algunas de las mejores lecciones sobre el efecto transformador del sonido y de la ciencia de la palabra hablada se encuentran en la Biblia. Cuando los israelitas “gritaron con gran vocerío”, las murallas de Jericó se derrumbaron. Tras una orden de Jesús, los enfermos se curaban y espíritus inmundos eran expulsados. Y el hombre cojo de nacimiento caminó por primera vez cuando Pedro le ordenó: “en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” [Josué 6:20; Mateo 8:16; Marcos 9:25; Hechos 3: 1-11].

El sonido que puede transformar nuestros mundos espiritual y material no es cualquier sonido. Es la palabra de Dios. En los antiguos Vedas hindúes leemos: “En el principio era Brahman con quien estaba Vac, el Verbo, y el Verbo es Brahman”. De forma similar el apóstol Juan escribió: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Y el Génesis nos dice que cuando Dios pronunció las palabras “¡Hágase la luz!”, el proceso de la creación comienza [The Garland of Letters de Jhon Woodroffe, (Pondicherry, India: Ganesh and Co., n.d.) pags 4-5; Juan 1:1; Génesis 1:3].

La oración hablada constituye uno de los núcleos esenciales en la práctica de las grandes religiones de Oriente y Occidente, ya sean las oraciones judías Shema y Amidah, el padrenuestro cristiano, el Shahadah musulmán, el Gayatri hindú o el Om Mani Padme Hum budista. Pero la ciencia de la Palabra hablada que los Maestros Ascendidos enseñan va más allá de todas las formas de oración de Oriente y Occidente

 

La Ciencia de la Palabra hablada

Es un método de acceso al poder de Dios que combina oraciones, mantras, afirmaciones, meditaciones, y visualizaciones con lo que se llama “decretos dinámicos”. Como las oraciones, los decretos son peticiones a Dios pronunciadas en voz alta. Pero más que eso, son una orden para que se manifieste la voluntad de Dios.

Cuando meditamos, entramos en comunión con Dios. Cuando rezamos, nos comunicamos con Dios y le pedimos ayuda. Pero cuando decretamos, estamos ordenando a la luz de Dios que entre en nuestro mundo para producir un cambio alquímico. Estamos dirigiendo a Dios pidiéndole que envíe su luz y sus ángeles para entrar en acción y generar una transformación personal y mundial.

La oración, la meditación y los decretos son formas de unión con Dios y con su Ser Superior, y hay un momento y un lugar para practicar cada forma de devoción. Pero no importa qué sendero espiritual practiques, siempre puedes beneficiarte añadiendo los decretos a tus devociones porque estos son las oraciones más poderosas que le puedes hacer a Dios.

Jesús nos mostró cómo usar la ciencia de la Palabra hablada

La Epístola a los Hebreos nos dice que Jesús sustentó “todas las cosas con la palabra de su poder” o como la Biblia de Jerusalén lo describe él sostuvo “el universo por sus poderosas órdenes” [Hebreos 1:3]

Por ejemplo, Jesús curó al hombre que buscaba sanarse en el estanque de Betesda cuando pronunció la orden: “Levántate, toma tu lecho y anda”. Cuando Jesús “reprendió al viento” y ordenó al mar: “Calla, enmudece”, cesó el viento y “se hizo gran bonanza”. Y cuando resucitó a Lázaro de entre los muertos, Jesús “clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!”. [Juan 5:8; Marcos 4:39; Juan 11:43]

En realidad Jesús nos enseñó a usar este método de oración dinámica cuando nos dio la oración del Padrenuestro. Antes de darnos la oración, dijo: “Vosotros, pues, oraréis así” [Mateo 6:9]

El Padrenuestro es, en realidad, un decreto, una serie de siete órdenes que se le dan al padre después de decir “Padrenuestro que estás en los cielos”, se le ordena:

  1. ¡Santificado se a tu nombre!
  2. ¡Venga tu reino!
  3. ¡Hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra!
  4. ¡El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy!
  5. ¡Y perdónanos nuestras deudas, tal como también nosotros             perdonamos a nuestros deudores!
  6. ¡Y no nos dejes caer en la tentación!
  7. ¡Mas libranos del mal!

Lo que aprendemos de la instrucción de Jesús es que como hijos e hijas de Dios, no necesitamos mendigar a nuestro Padre para satisfacer nuestras necesidades diarias. Solo tenemos que pedir ―en forma de orden― y él nos daría su luz, energía y conciencia en la forma que le especifiquemos[1]

El nombre de Dios es poder

Cuando Dios reveló su nombre, YO SOY EL QUE YO SOY, a Moisés le dijo: “Este es mi nombre para siempre, con él se me recordará por todos los siglos” [Éxodo 3: 13-15] La Biblia de Jerusalén traduce este pasaje como: “Este es mi nombre para siempre; con este nombre seré invocado por todos los siglos venideros”. Esto nos dice que Dios nos está indicando que usemos su nombre para invocar su intercesión. Por tanto, en nuestros decretos usamos “YO SOY EL QUE YO SOY” o “YO SOY” para acceder al poder ilimitado de Dios [Éxodo 3: 13-15]

YO SOY es algo más que un nombre sagrado. Nos otorga poder. Es una fórmula científica. Cuando recitas el nombre de Dios con fe y amor, Dios emite su energía como una formidable cascada de luz para curar tu mente, el alma y el corazón.

¿Qué significa el nombre “YO SOY EL QUE YO SOY”? Para mí significa sencilla pero profundamente “como arriba así abajo”. Dios está afirmando “Yo soy aquí abajo lo que YO SOY arriba”. Cuando dices “YO SOY EL QUE YO SOY”, estás afirmando que Dios está donde tú estás. En realidad, estás diciendo: “Como Dios es en el cielo, así Dios es en la tierra dentro de mí. Dios está allí donde yo me encuentro. Yo soy el que ‛YO SOY’”.

O puedes decir: “En el nombre de Dios ‛YO SOY EL QUE YO SOY’, en el nombre de Jesucristo y de Saint Germain, asumid el mando de ____­­________”, y luego describir el problema específico que sea una carga para ti o para tus seres queridos.

También puedes usar el nombre de Dios, “YO SOY”, para crear afirmaciones breves y poderosas. Son poderosas porque cada vez que dices “YO SOY…”, en realidad estás diciendo “Dios en mí es…” Y cualquier cosa que afirmes detrás de las palabras “YO SOY” se convertirá en una realidad en tu mundo, porque la luz de Dios que fluye a través de ti obedecerá esa orden.[2]

El poder de la Palabra Hablada

Es conveniente que el hombre comprenda el uso apropiado de los decretos. Jesús dijo una vez: e toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado [Mateo 12: 36,37]

Los decretos no son palabras pronunciadas con descuido. Son palabras escogidas meticulosamente. Y los modelos que recomendamos invocan el máximo beneficio para el hombre.[3]

La ciencia de la Palabra hablada (junto con la ciencia del concepto inmaculado) es el ingrediente clave y esencial en toda alquimia. Sin la Palabra hablada no hay alquimia, no hay creación, no hay cambio ni intercambio en ninguna parte de la Vida. Es la piedra blanca del alquimista, que cuando se aplica con éxito con los secretos de la llama del corazón revela el «nuevo nombre escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe». Bienaventurado el que triunfa sobre la oposición que la mente carnal interpone al ejercicio —la práctica que hace al maestro— de la ciencia de la Palabra hablada con el ofrecimiento de decretos dinámicos diarios al Señor, pues a él dar el Espíritu Santo «a comer del maná escondido». [Apocalipsis 2:17]

El maestro de la era de Acuario, Saint Germain, enseña a sus discípulos a invocar por el poder de la Palabra hablada la llama violeta para el perdón de los pecados y para el bautismo del fuego sagrado en preparación para la transición a la Conciencia Superior de Dios

 

Definiciones de la Palabra hablada

Afirmación. Declaración de que algo existe o es cierto; confirmación o ratificación de la verdad; declaración solemne. Declaración positiva que usa generalmente el nombre de Dios «YO SOY», que afirma y confirma las cualidades de Dios en el interior del ser, ayudando a precipitar esas cualidades y manifestarlas físicamente. Las afirmaciones son fiats que pueden ser más largas y con detalles más específicos. Afirmar la acción de la Verdad en el hombre, en su ser, conciencia y mundo. Se usan alternativamente con negaciones de la realidad del mal en todas sus formas. Igualmente, afirman el poder de la Verdad que desafía las actividades de los caídos.

Llamado.  Una exigencia, una demanda, una solicitud u orden de venir o estar presente; una solicitud pidiendo algo; el acto de convocar al Señor, o la convocación del Señor a su descendencia. «Más el SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás tú?» (Génesis 3:9) «De Egipto llamé a mi hijo» (Mateo 2:15)

Llamar: «v.t.» hablar en voz alta y articulada a fin de ser oído en la distancia; hacer retornar de la muerte o plano astral, p. ej.: «¡Lázaro, levántate!»; pronunciar en voz alta y articulada; anunciar o leer en voz alta o con autoridad.

El llamado es el medio más directo de comunicación entre el hombre y Dios, y entre Dios y el hombre, que se usa frecuentemente en casos de emergencia, p. ej.: ¡Oh Dios ayúdame!, ¡Arcángel Miguel, toma el mando!

El lema del iniciado es: «El llamado exige la respuesta». «Me invocará y yo le responderé» (Salmos 91:15). «Invocaban al Señor y él les respondía» (Salmos 99:6).

Salmodia.  Melodía corta y simple, especialmente una caracterizada por notas únicas a las que se entona un número indefinido de sílabas, que se usa para cantar los salmos, cánticos, etc., en el servicio de la iglesia. Tanto en Oriente como en Occidente, el nombre de Dios se canta una y otra vez en el ritual de expiación mediante el cual el alma del hombre se vuelve una con el Espíritu de Dios mediante la entonación del sonido de Su nombre. Esto se da en sánscrito como AUM o AUM TAT SAT AUM, en inglés como I AM THAT I AM y en español como YO SOY EL QUE SOY.

Cuando se entona el nombre de Dios o de uno de los miembros de las huestes celestiales, la vibración del ser se reproduce, con lo que la esencia misma del Ser es atraída hacia el que canta. Por tanto, cuando se usan adecuadamente, las salmodias magnetizan la Presencia, ya sea universal o individualizada, de la Conciencia Divina.

Decreto

  1. Una voluntad establecida, un edicto o fíat, una decisión o declaración de la autoridad, una ley, una ordenanza o regla religiosa; una orden o mandato.
  2. Decretar: decidir, declarar, determinar u ordenar; mandar o conminar; invocar la presencia de Dios, Su luz/energía/conciencia, Su poder y protección, pureza y perfección.

Fíat.  Un decreto, sanción u orden dada con autoridad; un manifiesto; una corta invocación dinámica o decreto que usa generalmente el nombre de Dios YO SOY, como la primera palabra del fíat, p. ej.: YO SOY el Camino! ¡YO SOY la Verdad! ¡YO SOY la Resurrección y la Vida! Los fíats son siempre exclamaciones del poder, la sabiduría y el amor Crísticos afirmados conscientemente y aceptados en el aquí y ahora.

invocación.  El acto de invocar o llamar a una deidad, espíritu, etc., para que ayude, proteja, inspire y demás; suplica; cualquier petición o súplica de ayuda o asistencia; una forma de orar invocando la presencia de Dios, que se pronuncia especialmente al comienzo de una ceremonia pública; un llamado a Dios o a los seres que se han unido a Dios para que proporcionen poder, sabiduría y amor a la humanidad o para que intercedan a su favor; súplica para que el flujo de luz, energía, paz y armonía se manifieste en la tierra así como en el cielo.

Mantra.  Fórmula mística o invocación; palabra o fórmula, a menudo en sánscrito, que se recita o canta con el fin de intensificar la acción del Espíritu de Dios en el hombre. Forma de oración que consiste en una palabra o grupo de palabras que se canta una y otra vez para magnetizar un aspecto particular de la Deidad o de un ser que se ha investido de ese aspecto de la Deidad.

plegaria.  Una petición devota a Dios, o cualquier forma de comunión espiritual con Dios, o con un objeto de adoración; una comunión espiritual con Dios o un objeto de adoración, tal como en una súplica, una oración de agradecimiento, una adoración o una confesión; una formula o secuencia de palabras que se usa o está indicada para rezar: el Padrenuestro; una petición, una súplica.[4]

Jesús nos mostró cómo utilizar el poder del nombre de Dios al hacer afirmaciones como “YO SOY la resurrección y la vida”, “YO SOY la luz del mundo”, “Yo he venido para que tengáis vida y la tengáis en abundancia” y “YO SOY el camino, la verdad y la vida” [Juan 11:25, 8:12; 10:10; 14:6]

Al hacer “Las afirmaciones Transfiguradoras de Jesucristo”, siente el poder de Dios en tu interior afirmando tu unidad con la Fuente de toda vida que puede ofrecerte “abundante provisión”, los recursos materiales y espirituales que necesites.

 

Afirmaciones Transfiguradoras de Jesucristo

YO SOY EL QUE YO SOY

YO SOY la Puerta abierta que nadie puede cerrar

YO SOY la Luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo

YO SOY el Camino

YO SOY la Verdad

YO SOY la Vida

YO SOY la Resurrección

YO SOY la Ascensión en la Luz

YO SOY el cumplimiento de todas mis necesidades y requisitos del momento

YO SOY abundante Provisión vertida sobre toda Vida

YO SOY Vista y Oído perfectos

YO SOY la manifiesta Perfección del ser

YO SOY la ilimitada Luz de Dios manifestada en todas partes

YO SOY la Luz del Sancta Santorum

YO SOY un hijo de Dios

YO SOY la Luz en el santo monte de Dios[5]

 

 

[1] Clare Prophet, Elizabeth (1999). Mensajes de Saint Germain y los Arcángeles para la Era de Acuario. Cap 5. Grupo Editorial Tomo, S.A.
[2] Ibid. Cap 3
[3] Ibid. Cap 3
[4]   TSL encyclopedia. Palabra hablada ( 2023, 4 de Marzo ) https://encyclopedia.summitlighthouse.org/index.php/Spoken_Word/es
[1] Clare Prophet, Elizabeth (1999). Mensajes de Saint Germain y los Arcángeles para la Era de Acuario. Cap 3. Grupo Editorial Tomo, S.A.
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